Proteger el potencial de la soya

El uso de estrategias de control efectivas, la clave para proteger el potencial productivo de la soya. 

La soya tiene muy alto potencial, sólo hay que tratar de afinar la puntería, tratar de sacar el máximo rendimiento, y para ello, es preciso considerar a todas las enfermedades, y en especial a una de las más importantes, la Roya.

La Roya asiática (Phakospora pachyrhizi) apareció en Bolivia en los años 2001 y 2002. Desde entonces su control ha resultado muy difícil. Debido a su agresividad, rápida diseminación y elevado potencial destructivo, sumado a otras enfermedades de fin de ciclo, provoca pérdidas de productividad en el cultivo de soya que varían entre 10 y 80 %.

Cuando hablamos del daño que causa en el cultivo, debemos mencionar la reducción de la actividad fotosintética, la caída de las hojas, el acelere de la maduración de la planta, la disminución de su rendimiento, al tiempo que afecta la calidad de la semilla.

Un control eficiente de esta enfermedad exige diferentes medidas de manejo cultural, biológico, químico y genético.

En principio, es preciso conocer las condiciones predisponentes para la aparición de Roya Asiática. Con una humedad relativa de 75-80%, en temperaturas de 18 a 26,5°C, con una exposición al rocío de 6 hrs (con un máximo de 10 a 12 hrs), el ciclo de esta EFC es de 10 a 11 días y se disemina por el viento. Es de sobrevivencia biotrófica.

Las Royas son esporas livianas cuyo inoculo viene por el aire por lo que siempre hay que estar atentos a lo que está pasando en otros sitios para monitorearlas.

En cuanto a su progresión, las Royas a diferencia de las Manchas tienen un desarrollo mucho más explosivo, requieren de intervenciones más tempranas porque una vez que se instalan y hay condiciones ambientales predisponentes como el mojado foliar, la humedad, lluvias no tan abundantes necesariamente, tienen un progreso explosivo.

Prevenir desde el inicio. Comenzar a tiempo también es clave para optimizar resultados. La aplicación clave es antes que cierre el surco, lo que da mayor cobertura en la parte inferior del cultivo, protegiendo el estrato inferior de hojas y evitando que evolucione la enfermedad.

La ventana de aplicación es otro punto fundamental. Está comprobado que por cada día de retraso en la aplicación, pueden perderse entre 70 y 80 kg por hectárea. Por ello, ser precisos en el momento de aplicación implica mayor ganancia.

Otro aspecto imprescindible es la utilización de diferentes modos de acción, lo que retrasa la aparición de resistencia y protege la eficacia de los productos. A la vez que evitar el uso de subdosis permite mantener la eficacia de los diferentes principios activos debemos Respetar las épocas de siembra es otra manera de evitar la presencia de la roya. En los cultivos sembrados tardíamente el inóculo permanece en el ambiente pudiendo atacar con mucha agresividad con la consecuente pérdida de rendimiento.

Barbechar para mantener el campo libre de malezas es otra recomendación. Entre los múltiples objetivos que encierra el período de barbecho, como acumular agua en el perfil e incrementar la disponibilidad de nitratos en el suelo, está el de evitar la propagación de enfermedades que usan «puentes vivos» como las virosis y las royas.